Aportar es fácil

“Se necesita urgente” y “Debe tener moto propia”, dicen los anuncios de empleos, así que Víctor no tarda en conseguir un trabajo como repartidor motorizado.

Rápido se hace amigo de Óscar, un chico de su edad que tiene ya cierto tiempo en la empresa.

—Yo no quisiera estar toda la vida en este trabajo. Pero es lo que hay. Por ahora, me permite aportar.

—¿Qué? Espera —Víctor recuerda por qué renunció al banco y siente escalofríos al escuchar la palabra—. ¿Aportar? Nadie me dijo que aquí tengo que aportar.

—No. Yo he decidido hacerlo para construir mi pensión. Porque aportar al Sistema Nacional de Pensiones es fácil. Como independiente, pues.

Víctor siente que el mundo gira al revés. Está delante de alguien que aporta voluntariamente. Una persona joven que piensa en… su pensión.

—Tu ingreso mensual aquí va a variar —Óscar sigue explicándole—. Entonces, no podrás aportar una cantidad fija todos los meses. Como independiente puedes empezar, por ejemplo, con 20 soles…

—¿Nada más? —lo interrumpe Víctor.

—… pero ten en cuenta que tendrás que completar la unidad de aporte de ese mes, que equivale al 13 % del sueldo mínimo…

—¿Del sueldo mínimo? ¿No… de mi sueldo?

—Del sueldo mínimo, compadre. Y solamente si la completas podrás aportar los siguientes meses sin que te cobren mora. Acuérdate de ese nombre: unidad de aporte.

El 13 % del sueldo mínimo… no suena tan mal como antes. En eso se queda pensando Víctor, impactado con la idea de poder pagarlo ¡en partes!

—Yo me afilié así, como independiente, por el tema de la pensión. Es que tengo una hijita, no te he contado. No vive conmigo, pero trabajo para ella y quiero tener un futuro para mí y para ella. Cuando tengas hijas o hijos, me entenderás.

—Yo tengo un hijo.

—¡Ah! Entonces ya me entendiste.

Sí, Víctor ya entendió que aportar es fácil. Pero sigue preguntándose por qué elegiría hacerlo. De todos modos, quiere saber más.

—Y si empiezo con 20 soles, ¿cómo puedo completar el mes hasta llegar a ese 13 % del sueldo mínimo?

—Con cachuelos. Esos trabajitos que no duran, pero te sacan de apuros. Seguramente tenías puros cachuelos antes de entrar aquí, ¿no? Como todas y todos.

—No, yo trabajaba en un banco grande y renuncié porque no quería aportar —se dice para adentro Víctor. Jamás volverá a expresarlo en voz alta.

Recuerda, si eres afiliado independiente y aportas voluntariamente al SNP, puedes realizar el pago de tus aportes de manera virtual, a través de la Sunat; previamente entrando a tu zona segura aquí